Entrada: No es claridad, es rumiación: ¿por qué pensar tanto no ayuda?

A menudo en terapia veo cómo las personas intentan comprender lo que les está pasando:

«Durante mucho tiempo creí que, si analizaba lo suficiente una situación, encontraría la solución. Revisaba una y otra vez lo que había pasado, lo que dije, lo que me dijeron… pensando que, tarde o temprano, llegaría a una respuesta. Pero no. Lo único que conseguía era quedarme atrapada en mi cabeza durante mucho tiempo». A eso, en psicología, le llamamos rumiación.

La rumiación es ese intento de resolver desde el pensamiento algo que, en realidad, necesita ser sentido. Nos agota física y mentalmente, nos genera ansiedad y estrés, y nos mantiene atrapados buscando respuestas que, muchas veces, no existen en lo racional.

Es una estrategia de afrontamiento, sí, pero errónea, porque nos aleja del contacto con lo que verdaderamente sentimos: rabia, dolor, tristeza, vergüenza, culpa, odio, asco…

🌀 Por eso, en terapia trabajamos justo eso: rebajar la actividad mental llena de pensamientos intrusivos y rumiaciones en bucle, para dar espacio a las emociones. Para aprender a sentirnos, sin tener que entenderlo todo desde la mente.

Teresa Creus Roset

Psicóloga General Sanitaria

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