Entrada: ¿Puede mi hijo tener TEA?

El trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurológico con fuerte base genética que se manifiesta en los primeros años de vida y perdura durante toda la vida. Los síntomas clínicos se manifiestan básicamente en 2 áreas:

  • Baja interacción social y comunicación con el otro.
  • Comportamiento repetitivo y restringido de intereses y actividades.

Las señales más significativas que pueden ser indicativos de que tu hijo pueda estar afectado por el TEA son:

  • Falta de interés por los otros niños en la escuela y el parvulario.
  • Evitan el contacto físico con los demás.
  • Falta de juego simbólico ( dar de comer a la muñeca, jugar con coches de juguete como si fueran de verdad ).
  • No comparten intereses. Es decir, no suelen señalar con el dedo aquello que les llama la atención para compartirlo con los demás.
  • No acostumbran a mostrar la sonrisa social.
  • Puede mostrar comportamientos extraños y repetitivos como el balanceo, sacudir las manos, caminar de puntillas, entre otros.
  • la insistencia exagerada en realizar algunas actividades, rutinas o rituales específicos. Al mismo tiempo, muestran escasa tolerancia a los cambios de dichas rutinas.
  • Reaccionan poco ante la llamada de sus padres cuando los llaman  por su nombre,  o ante las voces de los demás.
  • Si se da el lenguaje, suele ser literal. No entienden las bromas, metáforas, las comparaciones, o dobles sentidos.
  • Es frecuente que sean poco sensibles al dolor.
  • Muestran poco o nada contacto visual.

Evidentemente los padres y las madres con un hijo/a con TEA necesitan de un apoyo social amplio de su propio entorno y de recursos públicos (servicios sociales, apoyo de la familia, de amigos) así como un asesoramiento profesional regular para afrontar el reto que implica convivir con un hijo/a afectado de TEA.

Teresa Creus Roset

Psicóloga

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